EL INICIO DE LA BÚSQUEDA
Muchos preguntan cómo comenzar la búsqueda espiritual, pero en realidad esta no tiene un comienzo definido: a cierta altura de la vida tomamos consciencia de que ya existía. Ese despertar a la búsqueda se incluye en la evolución del ser, la cual es continua. Al principio se piensa que la vida es una cosa y la búsqueda espiritual es otra. Pero no es así: todo lo que sucede en nuestra vida nos lleva gradualmente a la unión con la totalidad, con el universo del que formamos parte. En la Biblia se dice que todos nuestros cabellos están contados, y que no cae ni siquiera una hoja de un árbol sin que el "Padre" lo sepa. El "Padre" es el todo, el único, la totalidad. Esa expresión también se aplica a la búsqueda espiritual. A partir del momento en que tomamos consciencia de que estamos siendo atraídos hacia los niveles espirituales, nos parece que las más pequeñas cosas ocurren en función de volver más clara esa vía. Todo se revela guiado y determinado por nuestro núcleo profundo, núcleo que es un universo en miniatura, perfectamente integrado en las leyes de la armonía cósmica.
LAS AYUDAS PARA LA BÚSQUEDA
Las orientaciones que encontramos en los libros sobre la búsqueda espiritual estimulan nuestro caminar. Muchos de ellos elevan nuestra mentalidad, despiertan nuestra aspiración y nos ayudan a actuar de forma coherente con lo que existe en lo más hondo de nuestro ser. Sin embargo, como cada uno de nosotros es una criatura singular, la búsqueda se hace de manera individual y única. Ella está formada por todos los hechos de la vida, por las energías que la persona manifiesta, por las circunstancias en las que se encuentra. Lo que ocurre es, por lo tanto, diferente de lo que ocurrió con los autores de los libros sobre el tema: es siempre algo imprevisible e inédito.
Las informaciones sirven como referencia o como esclarecimiento, pero no deberíamos esperar pasar por las etapas de la búsqueda espiritual de la misma forma. Considerémonos una obra de Dios, original, y vivamos nuestro aprendizaje sintiendo que somos muy especiales para Él, amándolo intensamente por habernos creado. Observando con la debida atención los hechos de nuestra trayectoria, los encuentros que tuvimos y las circunstancias que nos rodearon en las diversas fases por las que pasamos, percibimos que todo es guiado por una inteligencia mayor y que nada está fuera de la unidad esencial del universo.
Y cuando la mente lo reconoce, no debe colocar obstáculos ante lo que está previsto por el núcleo espiritual del ser. Lo que nos guía es ese yo interior, que no es otra cosa que nosotros mismos en una región elevada de la consciencia, donde ya no hay divisiones ni vacilaciones. Nuestra actitud básica debe ser no crear obstáculos, mantenernos como observadores lúcidos y dispuestos a captar las más leves señales. A partir de ahí, recogemos las enseñanzas que nos transmiten todas las cosas y nos valemos de ellas con adaptabilidad, inteligencia y, principalmente, con amor y gratitud.
Fuente: Para salir del Sufrimiento, de Trigueirinho
Fuente: Para salir del Sufrimiento, de Trigueirinho
