¡Amados Míos, desde largos siglos!...
¡Amados sobre todas las cosas de esta tierra, que me buscáis cuando clarea el día y cuando las tempestad ennegrece vuestro horizonte y cuando la luna riela en el inmenso azul!
Aquí estoy dispuesto no sólo a derramar sobre vosotros las rosas blancas de la Paz Divina de las que soy portador y mensajero, sino para desarrollar ante vosotros el verdadero "PROGRAMA" que os corresponde seguir en la hora presente que atraviesa la humanidad de este planeta.
Hora de divisiones profundas, de odios inconcebibles, de egoísmos y ambiciones llevadas hasta la locura del crimen.
Y vuestro deber y vuestro programa de cristianos seguidores del eterno mensajero del la Paz y del Amor, es la UNIFICACIÓN de todos lo que, desde más cerca o más lejos, caminan siguiendo mis huellas....
No es ya hora de abrir más abismos entre "LO TUYO Y LO MÍO"; entre un principio y otro principio; entre un dogma y otro dogma, entre un credo y otro credo...
La hora actual os reclama FRATERNIDAD, UNIFICACIÓN, PAZ Y AMOR para todos los hombres.
Lo que hice yo con vosotros debéis hacerlo con los demás...
Obreros de FRATERNIDAD CRISTIANA UNIVERSAL: sed los primeros en considerar a todos mis seguidores como una sola familia, cualquiera que sea la bandera religiosa, política o racial que los cobije . . .
Si estáis con DIOS, Él es Amor y Unificación por encima de todas las cosas...
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