Si entramos en un lugar en reforma, difícilmente consigamos ver la armonía que le está destinada. Si desconocemos lo que está proyectado, poco sabemos sobre la belleza de su estado futuro.
Para colaborar en una reforma no deberíamos reparar en lo que vemos en la etapa de transición. De igual modo, para colaborar con el movimiento evolutivo que hoy conduce a la humanidad y al planeta a una vida superior, no nos debemos impresionar ni con la crisis ni con la inestabilidad global.
En esta etapa del planeta todo se está moviendo y renovando para que se eleve el nivel vibratorio de la Tierra. Desde las estructuras más básicas de la sociedad humana - familiares, económicas, religiosas y geopolíticas - hasta los sentimientos y pensamientos más íntimos están siendo sacudidos bajo la luz de un tiempo que requiere síntesis, visión universal y consciencia del uso de los recursos brindados por la Naturaleza.
Aquellos que en su interior se sienten listos para colaborar con la nueva vida que se anuncia, estén alertas, sobre todo para no engañarse con la actual desarmonía, típica de las etapas de transición. Busquen dentro de sí mismos el núcleo que conoce la Verdad, más allá de las apariencias. Y entonces, bien afianzados en él, siembren por los campos de este mundo su Luz y su Amor. Semillas como esas se desarrollarán ahora sólo en unos pocos, pero ciertamente brotarán en ciclos futuros en toda la humanidad.
Para colaborar en una reforma no deberíamos reparar en lo que vemos en la etapa de transición. De igual modo, para colaborar con el movimiento evolutivo que hoy conduce a la humanidad y al planeta a una vida superior, no nos debemos impresionar ni con la crisis ni con la inestabilidad global.
En esta etapa del planeta todo se está moviendo y renovando para que se eleve el nivel vibratorio de la Tierra. Desde las estructuras más básicas de la sociedad humana - familiares, económicas, religiosas y geopolíticas - hasta los sentimientos y pensamientos más íntimos están siendo sacudidos bajo la luz de un tiempo que requiere síntesis, visión universal y consciencia del uso de los recursos brindados por la Naturaleza.
Aquellos que en su interior se sienten listos para colaborar con la nueva vida que se anuncia, estén alertas, sobre todo para no engañarse con la actual desarmonía, típica de las etapas de transición. Busquen dentro de sí mismos el núcleo que conoce la Verdad, más allá de las apariencias. Y entonces, bien afianzados en él, siembren por los campos de este mundo su Luz y su Amor. Semillas como esas se desarrollarán ahora sólo en unos pocos, pero ciertamente brotarán en ciclos futuros en toda la humanidad.
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