Sabía más o menos de ésta profecía y por todo lo que la humanidad ha hecho y dejado de hacer lamentablemente existen muchas posibilidades de que una catástrofe de ésta magnitud se pudiese dar. ¿Cuándo? No podría asegurarlo. "Nadie sabe ni el día ni la hora".
Para mí lo importante es que nos demos cuenta de que nuestro planeta está pasando por una crisis natural que amenaza todo tipo de vida. Desde que estaba en la primaria la clase de geografía me causaba TERROR.
La maestra que teníamos daba mucha importancia al estudio de las placas tectónicas y recalcaba mucho que ésto lo debíamos tener presente pues el eje volcánico era determinante en nuestras vidas. Creo que siempre he sido muy impresionable y bastante imaginativa así que imaginar todo lo que producírían los fenómenos que ella citaba me estremecía "de cabo a rabo". ´Sin embargo ésta clase y la de ciencias naturales me hicieron descubrir que entonces nuestra tierra era una especie de organismo viviente que tenía sus propias reglas y que nosotros quedábamos indefensos ante sus reacciones. Así que lo importante sería "molestar" lo menos posible a éste orgnismo a fin de no "causar olas".
Lo que a mi me pareció tan simple desde entonces parece que no ha quedado claro para la gran mayoría de los que vivimos sobre ella. "A toda acción corresponde una reacción en igual magnitud y dirección pero de sentido opuesto". Tengo bien presente ésta segunda ley de Newton. Si el ser humano ha sido tan desproporcionalmente desconsiderado con éste organismo sobre el que vivimos ¿Qué nos podemos esperar en consecuencia? La tierra tiene sus propios ciclos y requiere periódicamente de acomodos naturales pero cuando a este ciclo se le altera de manera inconciente seguramente los ciclos que se presenten será correspondientes a la magnitud de nuestro descuido también.
Por otra parte no creo que lo conveniente sea creer, tener fe y mantener esperanza sembrando el pánico. Para mí el creer en que existe un Creador del Universo bajo el cual me puedo amparar, con quien me sienta agradecida y a quien puedo dirigirme ante mis dudas, penas o tristezas es un acto de FE que nada tiene que ver con un Dios vengador y justiciero como si fuera "El llanero solitario".
Temo sí a este tipo de desastres pero no creo que sean Castigo Divino como si Dios fuera un padre castigador (Ese concepto se tenía en el antigüo testamento y aquí en México bastante nos lo tuvo presente la Santa Inquisición). Son una consecuencia lógica de vivir en un organismo independiente como lo es Madre GAIA y de nuestra irresponsabilidad. En estas..... "Pagan justos por pecadores" decía mi abuela. Conozco desde hace varios años a muchas personas que hablan de esos tres días de oscuridad y desde entonces también escucho a quienes con vehemencia y fervor piden que lleguen pronto y otras que se lamentan que tengan que llegar.
Sin embargo lo que me asombra es que aún cuando en la misma profecía nos dice que no necesariamente tiene que ser de ese modo (y por tanto ofrece una alternativa) tanto los que quieren que lleguen "esos días" como los que "no quieren que llegen esos días" con su actitud dan por hecho que así sera.
Que ya nada se puede hacer. ¿Habrá una actitud mórbida para ser testigo de un cataclismo justicieron y vengador? ¿Cuando escucho a estas personas me parecen como esos niños que quieren escuchar a toda costa un cuento de terror- terrorífico- terroroso que les impida casi respirar y no pensar en otra cosa aunque el costo sea que tengan que pagar el precio con días y días de pesadillas, noches sin dormir y grandes momentos de angustia.
En lo personal a mí me gustaría que trabajaramos con nuestro testimonio de vida para evitar tanto dolor, tanto horror y tanto "rechinar de dientes". La doliente humanidad me causa pena. Me causa pena que la vida sea desperdiciada con dolor físico y moral. Y por supuesto siento gran tristeza por el devenir de los que amo sin contar con mi propia vida. Así que me aferro a la esperanza.
Por aquì en México circula un rumor que dice que muy probablemente en este mes de marzo (Tiempo de calor extremo) ocurra un sismo de gran magnitud que nos cause mucho pesar. Se dice que ésto se debe a que las Profecías Mayas fueron mal interpretadas y es este el año y el mes en que se cumplen.
Sin embargo desde hace como unos 15 años que en la Universidad Nacional Autónoma de México el Director del Instituto de Ingeniería (donde laboraba) manifestó que debido a la propia naturaleza de nuestro territorio y de cambios terrestres nuestro D.F. sufriría las consecuencias de un terremoto de mucho mayor que el que ya habíamos padecido. También se ha dicho que como consecuencia natural del terremoto en chile nuestro eje terrestre ha sufrido un cambio que ha afectado la duración de los días.
Ante todo ésto y lo que veo sólo me queda pedir Misericordia Divina y vivir cada momento de la mejor manera posible. Saborear éste mundo con sus maravillas, amar lo que el Señor me ha concedido para amar y mantener la unión entre mi familia de la mejor manera que pueda.
Si tomo como experiencia todo éste caudal de dolor contemplo que mi vida solo tiene valor en la medida que pueda disfrutarla y en la medida que pueda manifestarla a través del amor, la paz, la alegría y la buena voluntad.
Hay un poema que me gusta mucho y que quiero compartir porque dice mucho de lo que yo pienso, siento y creo. Este poema se le ha atribuído a varios autores y no se precisa de quien es. Entre estos autores se menciona a Juan de Ávila, Miguel de Guevara, Santa Teresa de Jesús (que es la que maneja el pópulo), Francisco Javier, San Ignacio de Loyola y a Lope de Vega.
SONETO A CRISTO CRUCIFICADO.
No me mueve, mi Dios, para quererte
No me mueve, mi Dios, para querete
El cielo que me tienes prometido
Ni me mueve el infierno tan temido
Para dejar por eso de ofenderte
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
Clavado en una cruz y escarnecido;
Muéveme ver tu cuerpo tan herido,
Mueveme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
Que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
Y, aunque no hubiera infierno te temiera.
No tienes que me dar porque te quiera;
Pues, aunque cuanto espero no esperara,
Lo mismo que te quiero te quisiera.
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